Por Obed Betancourt
I SOY FAROUK
“Yo no era un mariscal-jefe normal de los carabineros, así como no era, y no soy, un investigador privado ordinario. ¡Soy Farouk!”
Pocas veces se comienza una entrevista más promisoria que con esas palabras del entrevistado. Confiado, arriesgado, seguro del trabajo que ha desempeñado y de lo que está por decir. Italia no es el imperio romano, pero los italianos han heredado un orgullo difícil de despintar que raya ocasionalmente en la altanería.
No tengo tan claro el rango equivalente en nuestra policía local de un “Maresciallo Capo”, pero pensé en sargento o capitán. La traducción al español es “mariscal-jefe”, pero la policía de Puerto Rico evita ese rango militar de operaciones de campo. Me hubiera gustado que fuese “comisario”, ¡tan europeo y novelesco! como el famoso personaje Salvo Montalbano, del novelista italiano Andrea Camilleri Me aclara el propio Farouk que un equivalente adecuado en nuestra jerarquía de rangos local sería inspector, un oficial de alto nivel en nuestra policía.
Tampoco es Harry Bosch, ese nebuloso y traumatizado expolicía y “private eye” del novelista Michael Connelly, cuyas hazañas, sin embargo, son motivadas por una ética férrea; ni el “solitario, cínico y escéptico” (así descrito por el mercadeo editorial), Philip Marlowe, de Raymond Chandler, cuyo ascendiente no es otro que Sam Spade, el primero de los detectives reales de ficción, casi un tratadista de sociología y el primer sombrío, de Dashiell Hammett.
Excepto el siciliano Montalbano, estos personajes (pido indulgencias por tan corta lista) son tipos duros, envueltos, debido a la naturaleza de sus empleos, en sombras que no permiten una definición clara de su carácter moral. Hacen el bien tanto como el mal, como cualquiera de nosotros. A fin de cuentas, “estar en contra del mal no indica que uno sea bueno” (Hemingway). Son capaces de juzgar con severa exactitud sus objetivos de investigación y asimismo a sus propios empleadores, pero este no es un asunto que de momento les concierne, sólo hacen el trabajo por el que se les paga. Ya verán luego cómo su empleador incide en su trabajo, entonces tomarán las medidas necesarias, algunas de ellas sólo para sobrevivir. Los lectores de novelas policíacas y negras saben que el primer sospechoso de todo es su empleador.
Farouk, sin embargo, tiene una percepción clara de si mismo: “soy una persona de correctos y justos valores humanos y de indudable moralidad”, sin que por ello sea la encarnación de los valores del Vaticano.
¿Podría ser que las profesiones nos escogen, antes que nosotros a ellas? ¿Que nuestro carácter, por no decir personalidad, se ajusta a ciertos trabajos más que otros? No puede ser casualidad que muchas personas reproduzcan ciertos patrones vitales en su trabajo. Veremos a través del reportaje si Farouk se comporta de acuerdo con sus propios principios, entre ellos, algunos que he notado durante mis años trabajando con tres investigadores privados, todos expolicías de alto nivel, en la antigua División de Investigaciones Editoriales de El Vocero, como el deseo ese, a veces extraño y elusivo, de querer hacer el bien, buscar la justicia y de intolerancia al abuso, que incluye los excesos del Estado.
A lo largo de poco más de un mes sostuve conversaciones frecuentes mediante mensajes electrónicos con el exmariscal-jefe y luego detective privado. Las mismas se llevaron a cabo en italiano, aunque las veces que lo necesité, más de lo que anticipé, eché mano del traductor automático de Google y de un viejo diccionario que aún conservo.
Entre los años 2011 y 2015 Farouk no le perdió “ni pie ni pisada” por varias regiones de Italia, ¡un sabueso! a Áurea Vázquez Rijos, quien se ganó con honores el mote de Viuda Negra. ¿Y quién es Farouk? ¿Es un tipo duro? ¿Un aventurero, quizá? ¿Un ser sombrío? ¿Rindió bien su trabajo? Y, más que nada, ¿no sentimos curiosidad de lo que descubrió? ¿Llegó a juzgar a Áurea y a su empleador, a todos los que requirieron de alguna manera la información que descubría, tanto el FBI como los servicios italianos y quizá algún otro servicio secreto foráneo que debía decidir qué tanto peligro o consecuencias le reportaría la presencia de ella en su país? ¿o si juzgó a los que en Italia la acogieron con brazos abiertos, y por qué?
Fue contratado por Abraham Anhang, padre del difunto Adam Joel, un joven inversionista canadiense con residencia en la Isla hasta su rápido asesinato en septiembre de 2005. Poco tiempo después su viuda saldría a toda carrera rumbo a Italia (de cuya cultura estaba fascinada), para huir de la sospecha de ser la autora intelectual de la muerte de su esposo. Adam había presentado el 21 de septiembre ante los tribunales de Puerto Rico una demanda de divorcio bajo las causales de trato cruel y ruptura irreparable. El día 22, luego de que asistieran a otra sesión de terapia de pareja, de la que salieron cerca del mediodía -nuevamente frustrados-, retiró la demanda para intentar nuevas negociaciones con Áurea, quien lo invitó esa noche a cenar al Viejo San Juan. Él le había dicho más temprano que dejarían de tener cualquier tipo de contacto. Ella le contestó: “sólo trata. No voy a dejarte ir así de fácil”. Y aunque Adam le hizo esa noche una oferta que ella no podría rehusar, pasados algunos minutos de la medianoche (ya el 23 de septiembre de 2005), Áurea respondió a la propuesta conduciéndolo a su asesinato.
Farouk, seudónimo del italiano Franco Posca, accedió bajo ciertas condiciones a ser entrevistado sobre sus hazañas para develar las andanzas de Áurea en su país, y sin que tuviera que ofrecerle una botella de buen vino, como hiciera un periodista isleño.
“¡Imposible! soy completamente abstemio”, le respondió al periodista. No tuve que mirarle con ojo sospechoso para saber que con toda posibilidad sonreía con picardía cuando me contó la anécdota. No porque dudara de lo que él decía, sino porque en aquél momento él no podía dar aquella entrevista y menos sentado en una mesita pequeña y redonda cubierta por un mantelito de cuadros rojos y blancos en alguna calle de Roma, mirando el atardecer y los turistas bajo los efectos de unos cuantos sorbos de un buen tinto. Él no estaba de vacaciones en Italia y los atardeceres ya los tenía registrados en su ADN desde el día en que abrió sus ojos por primera vez.
Desde esa anécdota han pasado años. Áurea, Aury o Beatrice (Bibi) Dominicci, como insistía en llamarse mientras vivió en Italia, cumple cadena perpetua, así como su hermana Marcia y José, quien para la época de los terribles acontecimientos era el novio de la segundona de la familia Vázquez-Rijos. En el tribunal federal del distrito de Puerto Rico fueron encontrados culpables en 2018 de conspirar para violarle a Adam sus derechos civiles (mediante asesinato).
Hay algunas cosas, no todas, que ahora puede decir, “dándote mi palabra de honor de que será absolutamente la verdad”, asegura. Su integridad se revela nuevamente cuando se preocupa por las tres hijas de Áurea. No quiere que sufran y hasta se inquieta de que le puedan recriminar más adelante su participación en estos asuntos y de la opinión, no muy buena, que tiene de la madre de ellas. Sabe que son gajes del oficio, pero no por ello menos penosos y difíciles de sobrellevar.
A los periodistas nos ocurre lo mismo, le respondo. Debemos revelar hechos escabrosos sobre políticos y funcionarios que con gran probabilidad tienen una familia hermosa, inocente y con hijos, que quedará deshecha por las revelaciones. Pero dejar de publicar por ese motivo no puede ser una opción. Es lamentable, como todo conflicto insalvable lo es. Lo único que queda es que busquemos superar la situación trágica, aquella en la que, al hacer un bien, de todos modos sucede un desenlace fatal. Además, en Puerto Rico tenemos bastante claro que los hijos no deben cargar con los errores de los padres. El problema, me dice Farouk, es que en Italia a las madres se les tiene por santas.
Lo que no me permite publicar, por motivos de seguridad, es en qué ciudad reside y algunas operaciones e investigaciones sensibles que ha realizado, y en sus señas personales, así que no verán fotos suyas que puedan ilustrar este nuevo capítulo -que tantas veces creí cerrado- sobre la Viuda Negra. Para sustituir su foto -que cualquier editor creería necesario publicar junto a la entrevista- se aporta una serie de fotos inéditas de la dolce vita de Áurea en Italia.
Este piamontés de 53 años actuales también se crió en Liguria, que toca al sur su región natal. La capital de Piamonte, la región italiana más noroccidental de su país, con fronteras con Francia y Suiza, es Turín, que entre los filósofos es conocida por ser el lugar donde a Nietzsche le dio aquel famoso colapso mental por el que fue recluido hasta su muerte, luego de intentar proteger mediante un abrazo y llorando un caballo exhausto y desplomado de un carruaje que era latigado abusivamente por el cochero. Asimismo, Turín es depositario del santo sudario (Sudario de Turín), lugar de origen de la marca de autos Fiat y del club de fútbol Juventus. La capital de Liguria no es otra que la marítima Génova, que dio al mundo al enigmático Cristóbal Colón.
A los 19 años de edad se unió a los carabinieri y pocos años más tarde ingresó a una unidad operativa de Milán. La primera investigación en que participó fue la del secuestro la noche del 15 de enero de 1992 del niño de siete años Farouk Kassam, apenas vestidito con pijama, por el mafioso sardo Matteo Boe. A los seis meses del secuestro, al pequeño le cortaron una oreja para presionar el pago de su rescate, sólo una pequeña muestra de lo que eran capaces para obtener dinero. Habían amenazado con picarle en pedazos. Fue liberado el 9 de julio de ese año, luego de siete meses de encierro. La liberación tiene varias versiones.
La versión oficial indica que las fuerzas de ley se batieron a tiros con los delincuentes, que lograron huir, y lo liberaron. Otra apunta al pago de 2,000 millones de liras (sobre un millón de dólares) al secuestrador, de las 10,000 impuestas inicialmente. El secuestro de niños menores de 10 años era un lucrativo crimen en la tierra de Da Vinci, Miguel Angel, Vivaldi, D’Annunzio, Croce, Calvino, Agamben, Eco y otros miles de artistas, filósofos, escritores, humanistas y teóricos políticos cuyas obras se enseñan a los estudiantes desde niños, haciéndonos dudar sobre la efectividad de la alta educación y la cultura para conducir una vida sin violencia. Un ejemplo emblemático de esa insuficiencia podría ser la alemania nazi.
La ocultación de las identidades ha sido, desde la década de 1980, una marca de fábrica de la justicia penal italiana. Jueces que enfrentaron las distintas mafias, hasta fiscales y otros funcionarios evitaron así ser asesinados por los que buscaban impedir que el mallete de la justicia cayera con resonancia sobre el estrado. La ocultación de la identidad también se extendió a los que, en la calle, debían luchar contra la criminalidad.
“Todos los integrantes de las unidades operativas /investigativas nunca debían ser llamados por nombre y apellido durante el servicio, sino, simplemente, con un apodo que debía ser asignado a base de aptitudes personales, características físicas, apariencia, vicios o en todo caso detalles que distinguían al operativo”, señala Farouk, bautizado con el nombre del niño secuestrado debido a una imperfección física de nacimiento.
“Estoy sin un trozo de lóbulo en la oreja izquierda. Demasiado fácil para mis colegas y superiores ‘bautizarme’. También porque luego, afortunadamente, el pequeño Farouk fue liberado y toda Italia respiró aliviada”, explica.
Su participación en la búsqueda exitosa del niño cambió su vida. “Una nueva vida compuesta por pesquisas e investigaciones cada vez más peligrosas. La tecnología aún no estaba muy avanzada y a menudo nos infiltrábamos en organizaciones criminales o, en todo caso, frecuentar asiduamente personas de esa zona. Resultados [contra él]: dos vehículos incendiados, amenazas y promesas de severas represalias. En el período comprendido entre finales de los 90 y principios de los 2000 adquirí algunas especializaciones: conducción rápida, tirador, guardaespaldas [seguridad y protección], especialización en núcleo de investigación, primer nivel de idioma ruso, segundo nivel de idioma francés.”
No es poca cosa y aún le esperaban mayores responsabilidades. Fue jefe de seguridad personal de individuos importantes rusos e italianos, incluidos dos de los hijos del entonces primer ministro Silvio Berlusconi. Existe en el Negociado de la Policía de Puerto Rico la División de Seguridad y Protección, que provee escolta y seguridad a funcionarios públicos, usualmente cuando han sido amenazados, así como a funcionarios extranjeros o del gobierno federal o los estados. El Servicio Secreto federal provee protección al presidente, vicepresidente y senadores y congresistas, entre otros funcionarios federales y extranjeros.
“He participado en cientos de allanamientos contra personas de todo tipo, así como en decenas de investigaciones relacionadas con robos, asesinatos, estafas, hurtos, extorsiones y más.
También trabajé con la Sección de Captura en la localización de fugitivos y personas buscadas, primero con infiltraciones en ciertos entornos, luego con el uso de técnicas cada vez más sofisticadas”, continúa Farouk.
El equivalente de esa División de Captura sería nuestra División de Arrestos Especiales, que hizo famosa uno de sus directores, el teniente Julio César Andrades, mejor conocido como “El Negro Andrades”, por la rudeza con la que acometía su misión. Más famoso se hizo, sin embargo, cuando junto a varios agentes de esa División participaron en los hechos del Cerro Maravilla al lado de algunos miembros de la División de Inteligencia, dos secciones de la Policía que eran como el aceite y el agua y que, sin embargo, lograron mezclarse muy bien al calor del encubrimiento de lo que realmente allí sucedió. Luego, como prometió, hizo “temblar la tierra” cuando reveló parte de ese encubrimiento, aunque, como parte de la investigación legislativa para develar esos sucesos, se cometieron nuevas atrocidades en el camino, dejando a la vera del camino la reputación de algunos funcionarios, como el exdirector del Negociado de Investigaciones Especiales (NIE) Ángel Figueroa Vivas, y confirmando que la búsqueda de la verdad muchas veces es sólo otra agenda con propósitos ulteriores que poco tienen que ver con lo que alegadamenente las motiva.
“He manejado a tres de los llamados ‘arrepentidos’, colaboradores de la justicia, y nunca he trabajado ni investigado drogas”, señala. Los “arrepentidos” son exmiembros de las mafias italianas que terminaron testificando en las cortes contra sus excompañeros, su famiglia. Si algún oficio sobre la tierra podía ser peligroso, manejar a uno de estos despunta, pues el mafioso arrepentido, su familia de sangre y los que lo protegen y juzgan tienen sobre si una condena automática de muerte. Cualquier tipo de relación con la policía, reza el tercero de los 10 mandamientos del código de honor del mafioso italiano, está prohibida.
Durante la invasión de las fuerzas internacionales a Irak, Farouk participó en la misión“Ancient Babylon” en la ciudad de Nasiriya, en 2006. Este operativo de las Fuerzas Armadas italianas de mantenimiento de control del territorio comenzó en 2003 y se extendió hasta finales de 2006. Aún no sabían las dificultades penosas de mantener pacificado y controlado un territorio militarmente ocupado. Notorios precedentes inmediatos y fracasados son Viet Nam (bajo Estados Unidos) y Afganistán, bajo las fuerzas militares rusas y posteriormente estadounidenses. De ahí que sorprenda el férreo control que durante siglos tuvieran imperios como el persa, griego, el romano, y el mongol de territorios inmensamente más grandes.
Bajo duras condiciones Farouk logró evitar durante su destaque en Irak ese gran infortunio que le sucede sin remisión a la vida. Tres soldados italianos y uno rumano fueron muertos el 27 de abril de 2006 durante un atentado con bomba al paso de un convoy militar compuesto por los carabineros, brigada a la que pertenecía Farouk, camino al centro de operaciones en Nasiriya. El día antes del atentado había salido junto con otros carabineros y, sin saberlo, esquivó una muerte segura que le acechaba, incluso bajo los fuertes ataques a los que estuvo expuesto su base militar por remanentes del ejército de Sadam Husseim y las distintas facciones del islamismo radical.
Llegando a sus últimos días como miembro activo de los carabineros en Italia, Farouk participó de la investigación directa sobre algunos mafiosos que, me pide, no revele sus afiliaciones por motivos de seguridad personal. Distinto a Puerto Rico, asesinar jueces, fiscales, carabineros o periodistas en Italia no es algo que a las mafias les provoque algún sentimiento o problema. Para destacar su integridad, nos dice asimismo que al menos uno de los investigados no parecía tener vínculos con los delitos que se le imputaban, y así lo dejó saber. La persona terminó absuelto.
Pero, si de algo está llena la vida, es de ironías. A su edad ya debía saberlo, por supuesto, pero no sé si con tanta decepción. Se le habrá aparecido esa ironía tan de improviso como cuando de momento se prende en la noche un gigantesco rótulo de neón y nos deja ciegos un rato, haciéndonos sólo posible dirigir con temor la mirada hacia el recuerdo de una vida llena de riesgos.
“En mi vida, hasta el momento, he sufrido dos atentados en carros, un tiroteo (en el que un colega reportó una parálisis facial) y escapé de un atentado terrorista en Irak, saliendo a patrullar el día 26 mientras se producía el atentado el 27, cuando estaba a cargo de gestionar el traductor iraquí dentro de la base. Mil blitz [bombardeos sostenidos], mil oportunidades de morir asesinado y luego, en diciembre de 2018, mientras me acostaba a dormir, de repente y sin previo aviso, infarto. Mi madre me salvó cuando escuchó mi golpe en el suelo… vivo de milagro después de ocho días de cuidados intensivos y aquí estoy. Por eso, ahora ya no tengo miedo a nada ni a nadie; hoy lo tenemos, no sabemos mañana”. ¡Carpe Diem!
Diez años exactos antes del infarto, en 2008, con 21 años de experiencia policíaca y militar, finalmente había dejado la organización para montar una agencia de detectives privados.
“Básicamente, el trabajo que hice como militar… lo hice como civil, con ventajas y desventajas. Siempre he mantenido estrechas relaciones con antiguos compañeros de los Carabinieri (incluidos mi hermano y dos primos). Como detective privado a menudo he trabajado para conocidos italianos, rusos, franceses y suizos. Pocas veces he tratado casos del tipo de infidelidad conyugal, control de hijos menores o similares”, explica.
“En la práctica, siempre he estado al servicio de los VIP’s de siempre, que ahora se han convertido en clientes habituales”, explicó sobre sus labores, entre otras, de guardaespalda. Farouk insiste en que tomó el caso de la Viuda Negra como una excepción a lo que habitualmente hacía… hasta un día de julio de 2011 que fue contactado mediante correo electrónico y por teléfono por Abraham Anhang, quien lo convenció de hacer la investigación.
II UN ESCENARIO COMPLEJO Y PERVERSO
Su agencia de detectives privados, curiosamente llamada Carpe Diem, con sede en Bresso, Milán, asumiría un trabajo “de control estricto”, lo que le reportará información valiosa sobre los hábitos de Áurea, algunos de ellos de evidente intento de evasión de rastreo. Carpe diem es “la exhortación a aprovechar el presente ante la constancia de la fugacidad del tiempo”, cito del diccionario de la RAE. Un comportamiento que ilustra, según lo veo, el estilo de vida de Áurea en Puerto Rico e Italia. Horacio, quien popularizó el consejo, habría dicho: “aprovecha cada día, no te fíes del mañana” (carpe diem quam minimun credula postero). Es decir, vive la vida al momento. Aquí en la Isla tenemos nuestra propia versión: vive y vacila.
Anhang “ya había utilizado los servicios de la agencia Interfor Inc. en Nueva York pero con malos resultados. De hecho, Áurea se había quejado ante las autoridades italianas y también ante la prensa por ser vigilada y seguida constantemente por extraños, seguramente en nombre de su exsuegro Abe Anhang”, aseguró Farouk.
Algunos judíos de Florencia y Venecia también le informaban a Abraham “sobre lo que tramaba la loca… pero toda información sin importancia, tanto que ni siquiera el FBI tenía noticias útiles,” observó.
Farouk recuerda que Abraham lo contactó en junio de 2011. “Me contactó por correo electrónico y me pidió ayuda en el caso Áurea. Tras los primeros acercamientos me hizo llamar por el teléfono de un amigo suyo de Winnipeg de origen italiano. En ese momento, todos mis colaboradores me dijeron: ‘cuidado Farouk, en esta historia tienes todo que perder y nada que ganar’. Tenían razón. Abe es un anciano judío de origen polaco, nacido en 1938, trabajó como abogado en Canadá durante muchos años, antes de ser inhabilitado. Muy respetado en la comunidad judía, no tenía (evidentemente) excelentes relaciones con su hijo Adam. Áurea siempre ha hablado mal del tema… Adam se había casado con Áurea ‘sin informar a sus padres’, presentando a su nueva esposa a Abe y Barbara sólo unas semanas después de la boda.” Ni siquiera los amigos cercanos de Adam en la Isla fueron invitados, lo que los alarmó. Es como si estuviera hechizado.
Farouk no se guarda los juicios demoledores sobre su empleador. Es casi un cliché literario de las novellas policíacas. Cuando, en The High Window, de Chandler, la anciana Sra. Murdock contrata a Marlowe, al este comenzar a retirarse luego de escuchar en qué consistirá su investigación, ella le dice: “No le gusto mucho, ¿verdad?”. Con atino responde el private eye: “¿le gusta usted a alguien?”.
Nunca entrevisté a Abraham cuando a finales de 2008 asistíamos al juicio contra Jonathan. Sencillamente, no quería ni imaginarme por lo que atravesaba. Cargaba demasiado dolor que podría profundizar cuando le dijera que creía que juzgaban a la persona equivocada y de ninguna manera me cruzaría de brazos ante esa injusticia, aunque en ese momento quedara suspendida la reparación de sus agravios, o al menos, que se demorara. Pero él conocía mi posición, me enteré poco después, pues sus amigos en Puerto Rico le traducían los periódicos. Me imagino que pensaba que yo formaba parte de ese grupo pequeño, extraño y abominable que quería evitar que se hiciera justicia a su hijo.
Sin embargo, finalmente me llegué a reunir con él, una sola vez, luego de la extradición de Áurea a Puerto Rico en 2015. Me dijo que, en algún momento del juicio de Jonathan, casi al final, empezó a sospechar que no era el asesino de su hijo. Pero esa reunión resultó un desastre. No entendí la motivación de querer conversar con el periodista del caso. Lo que sabía, y que había pasado el criterio riguroso de certeza que se nos exige en la profesión, ya estaba publicado en el periódico y en mi libro sobre este caso Las sangres que lloran. Las entrevistas a las víctimas, si bien son importantes, en Puerto Rico sólo buscan exacerbar la sensibilidad y el dramatismo y por ello las he evitado. “¿Cómo se siente usted?”, solía preguntarle frente a las cámaras una periodista a los padres de un joven asesinado. En mi libro de principios, eso es revictimizar por la peor causa: rating.
Sin saber si fue su intención original o sencillamente derivó así por su pesada gravedad, mayormente me criticó el cuadro que de él y de Adam pinté en la investigación publicada, que recogió matices de sus vidas para que no quedasen innombrados. Continuaba con mucho dolor y confirmó que no era una fanático de la fe en que había crecido (y le creo). Pero, sin quererlo, sin saberlo o sin estar totalmente consciente, algo de esa fe emanaba inundando sus actos. No se puede evitar cargar de alguna manera algunas cosas por las cuales se llega a ser lo que se es, lo saben muy bien los exreligiosos y los excomunistas, cuya narrativa, aunque convertidos a una nueva fe, tienen el tufo de su pasado.
“Nos conocimos en persona en junio de 2014 en Florencia, con motivo de un especial sobre Áurea de John Block, del equipo de televisión NBC Dateline de Nueva York (posteriormente cancelado casi en su totalidad tras mis declaraciones…). De 2011 a 2015 intercambiamos decenas de correos electrónicos a diario. Me lo habían descrito como un personaje megalómano; eso es exactamente como es. Declaró públicamente que utilizó los servicios de un detective privado italiano y le pagó… más de un millón de dólares.”
“¿La verdad documentada? Anhang me pagó menos de una décima parte de lo que se jactaba de mantener. También y sobre todo por este motivo (falta de pagos), cortamos la información sobre Áurea a Anhang, informando tanto al FBI como a las autoridades italianas… En definitiva, gran respeto por haber perdido a un hijo de forma tan vil y violenta, gran respeto por querer la verdad y condena de los responsables, pero, por lo demás, todo mi desprecio y disgusto. Un hombre falso, oportunista, megalómano y dispuesto a todo para conseguir sus objetivos. A menudo iba a Washington y (junto con su yerno) organizaba la alta dirección del FBI a su antojo.”
El pago de los servicios que se contratan es, sin duda, lo que mantiene vigente un contrato. Sobre las medidas -incluso, desesperadas- que pudo haber tomado Anhang para esclarecer y llevar ante la justicia a la asesina de su hijo, preferiría no opinar. Con toda sinceridad, no sé qué haría de verme en esos zapatos. Ahora bien, la personalidad de cada cual es indivisa y las diferencias que surjan de ese roce son pura naturaleza humana y cada cual reaccionará a su manera.
“Mi agencia de detectives y yo habíamos sido contratados por Anhang para investigar a Áurea, es cierto, pero no para siempre y, sobre todo, no gratis. Como le dije al FBI y a la Prefectura de Milán, Anhang era insolvente, no pagaba nuestros servicios, limitándose al mínimo de vez en cuando. Hubiera sido injusto darle a Anhang toda la información que tenemos sobre Áurea a cambio de… una hogaza de pan. Por ejemplo, de vez en cuando nos pagaba 500 euros por 3-4 días ‘llenos’ de seguimiento, observación, verificación y escuchas telefónicas, cuando nuestras tarifas mínimas eran al menos 10 veces más altas. Un regalo, una oferta, una oferta que nos sonaba a burla, como si dijera: ‘Soy el Sr. Anhang y espero que trabaje para mí aunque sea a cambio de cuatro sous’ [el sou es una antigua moneda francesa que deriva del solidus romano, de apenas 5 céntimos. Es, posiblemente, lo que nosotros llamamos “un chavo”.] Sin embargo, todo está absolutamente documentado, ha sido comprobado por expertos fiscales y financieros del gobierno. Anhang ha sido insolvente con nosotros por más de un millón de euros, después de habernos pagado menos de una décima parte de la cantidad adeudada (en 4 años). Esta es la razón por la que seguimos trabajando [en el caso de] Áurea], pero sin informar completamente a Anhang, informándole sólo una décima parte de nuestros hallazgos… De hecho, hemos trabajado casi enteramente a nuestra costa”, comenta.
Este ojo privado obtuvo información sobre Áurea en las regiones de Venecia, Florencia, Milán y Roma. Mientras, su actividad de investigación y seguimiento se llevó a cabo entre Venecia y Florencia “con el uso de sofisticados sistemas de inteligencia”.
“¿Quieres saber cómo logramos controlar a Áurea sin que nos atraparan? ¿sin estar pegados a ella las 24 horas del día? ¿sin que se diese cuenta de nuestra existencia? Sólo hay una manera: escuchas ambientales, micrófonos ocultos, cámaras y la complicidad de algunas personas muy cercanas a ella que estaban informadas sobre quién era yo y quién era realmente Áurea. Muy simple. Es por esto que puedo permitirme hacer consideraciones, emitir juicios, señalar hechos y circunstancias, describir situaciones con absoluta certeza e incluso emitir sentencias al respecto”, responde.
La investigación de Farouk arroja que, en Italia, Bibi Dominicci nunca tuvo a su nombre servicios [utilidades] de gas, electricidad u otros, ni licencia de conducir. Tampoco usaba el transporte público, autobuses [guagas] ni tranvías, sino taxis, exclusivamente. Todas estas, maneras evidentes para no ser rastreada. Luego del arresto y admisión de Alex, y la presentación de cargos contra Áurea el 4 de junio de 2008, esta fue declarada fugitiva de la justicia.

Antes de continuar con la entrevista a Farouk y sus hallazgos, veamos brevemente el contexto en que Áurea decide marcharse a Italia, según la información que durante años pude reunir. En marzo de 2006 ella demandó en la corte estatal a los padres de Adam para que se le permitiera acceder al 50% de la fortuna adquirida por él durante el tiempo de casados, pidió un tercio del caudal relicto (como cuota viudal usufructuaria), el 50% del aumento del valor de los bienes privativos ocurridos durante la vigencia del matrimonio, una pensión de $3,500 por 36 meses. Y mientras se dilucide en corte la demanda, solicitó $10,000 mensuales adicionales para “cubrir sus necesidades básicas” y otros $3,000 mensuales para gastos médicos.
Ese mismo año de 2006, mientras la investigación policíaca y el procesamiento judicial continuaba contra Jonathan, decidió marcharse a Italia “para estudiar cine”, sólo para regresar brevemente en 2007 a una deposición relacionada con su demanda. La demanda, que había sido removida a la corte federal (removal) fue desestimada finalmente ese año por falta de acción de parte de ella. Sencillamente, había desaparecido del radar, mientras, en Italia y el resto de Europa, también intentaba pasar debajo del radar, que finalmente no logró, hasta el 30 de junio de 2013, cuando fue arrestada por el FBI en España.
Si bien el FBI logró localizarla en Italia, gracias a los informes que Abe le filtraba de sus investigadores en Italia y los del propio Farouk, extraditarla de este país sería cuesta arriba debido a su política de no extradición de personas acusadas de delitos que contemplen la pena de muerte. El FBI ya sabía los países que ella visitaba en calidad de guía turística, como España, Francia, Suiza, Bélgica e Israel, pues Farouk les había indicado.
“Pude obtener esta información directamente en tiempo real, tanto a través del conocimiento común en Venecia como gracias al uso de materiales y equipos para el monitoreo remoto,” explica. Y agrega: “el FBI también me pidió que les informara cuando Áurea saliera de Italia, ya que el gobierno italiano, a pesar de las muchas solicitudes y presiones de Estados Unidos, parecía no tener intención de conceder la extradición.”
El rastreo, búsqueda, arresto y extradición de Áurea había encontrado tantos problemas en Italia que hasta surgió la figura tan desesperada como sospechosa del incentivo no solicitado. “Después de aproximadamente un año, me enteré de una solicitud particular previa de un millón de dólares en efectivo, probablemente realizada [por el gobierno de Estados Unidos] en junio de 2009 al gobierno italiano, para obtener rápidamente la extradición, una oferta evidentemente no tomada en consideración y quizá la causa de la denegación de la extradición de Áurea de Italia a los Estados Unidos”, comentó.
Más adelante reiteró su acusación, la cual tendría sus repercusiones en la estima patria italiana. “El gobierno italiano nunca habría concedido la extradición de Áurea a los Estados Unidos por una simple razón: el intento de corrupción con un millón de dólares. Los tratados internacionales, la pena de muerte [a la que se podía enfrentar] en Puerto Rico u otras historias no tienen nada que ver. El gobierno italiano simplemente estaba molesto con el gobierno estadounidense luego de las mil solicitudes de extradición de Áurea que culminaron en la oferta indecente (como para dar a entender que en Italia ‘sólo’ hay corrupción).”
“El FBI también me aseguró que, de cualquier manera, tarde o temprano extraditaría a Áurea a los Estados Unidos y le darían cadena perpetua… a cualquier costo”. Se revela así un fuerte compromiso con la justicia, pero igualmente plantea dudas pues en el sistema de justicia de los Estados Unidos los procesos no pueden hacerse “a cualquier costo”, sino basados en derecho y evidencia, por eso el sistema adversativo, en el que la defensa puede intentar controvertir la prueba presentada contra el acusado y presentar prueba a su favor. A fin de cuentas, en el foro federal es un jurado, no el gobierno ni un juez, el que decide el veredicto de un acusado. A menos que, por otro lado, “a cualquier costo” significase que le dedicarían todos los recursos necesarios para hacerle pagar por su temeridad identificada por la evidencia. Juzgarla y condenarla “independientemente de las pruebas, hechos o declaraciones adversas” no parece algo real.
“Inmediatamente después de esa cumbre [de la que más adelante se dan detalles] entendí que Áurea pronto sería detenida en uno de sus muchos viajes a España, el único país que hubiera concedido la extradición a Estados Unidos sin problemas.”
El 30 de junio de 2013 Áurea fue finalmente arrestada a su llegada al aeropuerto de Barajas, en España, “gracias a una falsa cita de negocios pactada con un tal Rabinovich; de hecho, todo había sido organizado por el FBI.” Agentes de esta agencia se hicieron pasar por turistas judío-estadounidenses y le solicitaron mediante una llamada que los recogiera en España y les sirviera de guía turística hasta Italia.
Vista la imposibilidad de extraditarla de Italia, y descartado su secuestro por asuntos operacionales y diplomáticos (como se hizo con los asesinos del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, en México), el FBI ideó el plan para hacerle viajar a España, país que, luego de dos años de incidencias judiciales, autorizó su extradición (en 2015), si bien con la condición de que no se solicitara contra ella la pena de muerte.
Luego de más de siete años fugitiva, el FBI estaba bajo fuerte presión del Departamento federal de Justicia para que la arrestara. Sin llegar al extremo de pensar que esa búsqueda y arresto estaba convirtiendo al FBI en un hazmerreír entre las agencias federales de ley y orden, debido a la competencia usual entre las agencias federales, a Farouk se le habría dicho que, al menos, “estaban en gran dificultad y vergüenza”. Era una piedrita en el zapato de la que no podían desprenderse.
Durante esos años llamaba la atención mediática en Italia el caso de la estadounidense Amanda Knox, acusada y convicta de asesinar en 2007 a su compañera de cuarto, la británica Meredith Kercher, en Perugia. Fue sentenciada a 26 años de cárcel. Entonces, las tensiones eran fuertes entre el gobierno de EE.UU. e Italia por causa de la investigación y el proceso judicial. El análisis forense de Estados Unidos la exoneraba, mientras se denunciaba que el Ministerio Fiscal italiano utilizaba tácticas de difamación para crear una imagen negativa de la acusada. Knox denunció que fue golpeada por mujeres policía durante su interrogatorio. El caso tuvo fuertes resonancias internacionales. Aunque perdió la apelación, el más alto tribunal italiano la exoneró en 2015, junto a su novio italiano, de cualquier participación en el asesinato.
Con este cuadro de trasfondo, Farouk prefirió no implicarse cuando se arrestó a Áurea “y no entrar a una historia que involucraba incluso a los gobiernos estadounidense e italiano, en un fuerte resentimiento en ese momento también por la historia de Amanda Knox.”
Sin embargo, su “elección” no sólo estuvo predicada en las controversias, tangencias y ambigüedades del caso de Áurea, vistas a la luz del caso de Amanda Knox. Como han experimentado muchos investigadores privados, a veces los empleadores -en los que no siempre confían- no responden a los acuerdos del contrato que establecen, por las más diversas razones. “Mi trabajo de investigación prácticamente no fue pagado por Anhang, si no una pequeña parte”, reitera Farouk.
Aún así, continuó trabajando en ese caso. “Incluso después de la anunciada y esperada detención de Áurea en Madrid seguí recabando importantes datos sobre el asunto que me limité, sin embargo, a informar únicamente a Anhang sobre el recurso [de apelación] ante el Tribunal de Derechos Humanos en Estrasburgo, la relación de Áurea en la cárcel de Madrid con [el miembro de la ‘Ndrangheta] Fabio Monizza y mis contactos telefónicos habituales con su hermana Marcia.”
Pero hay algo más relacionado con su investigación. Como es conocido, a veces los cazadores son cazados, como en las noveles de espías. “Sin contratiempos en la investigación, sólo la conciencia de estar ‘vigilado’ las 24 horas del día”, contestó a la pregunta sobre qué obstáculos tuvo en su investigación. Un vigilante, vigilado. “Funcionó así: controlé cuidadosamente a Áurea, y ’otros’ me controlaron cuidadosamente a mí para poder controlar a Áurea.”
En nuestra División de Investigaciones Editoriales le llamábamos a eso “tener un rabo”. Durante el tiempo que investigué el caso de Jonathan en 2008, buscando testigos y confirmando hechos que demostraran que no era el asesino de Adam, las personas que entrevistaba me llamaban minutos después para advertirme que el FBI se había presentado para advertirles que no podían dar información a la prensa sobre ese caso, so pena de obstrucción a la justicia. Pero mis cooperadores, particularmente en el Viejo San Juan y La Perla, solían confiar más en mi periódico que en el FBI, y en otras ocasiones me llamaban para decirme que los había entrevistado el FBI y me relataban lo que le habían dicho a la agencia. Así funciona la realidad. Investigamos y nos investigan, investigamos a los que investigan o se investiga a los que investigamos. Es un juego de poder inescapable en el que apostamos que de ahí saldrá, como una especie de carrera y prontamente, la verdad. Hubo mucha de esa intención de darle velocidad a la investigación sobre el caso de Jonathan. El FBI, bajo Luis Fraticelli, me consta, la tenía, aunque no tanto la Fiscalía federal, que tenía otra estrategia, farragosa y larga, burocrática.
No se guardó mucho el investigador privado. Podemos notar que está involucrado en una compleja madeja de relaciones de confianza y desconfianza con una serie de actores que tiran de él para convertirlo en su perro más fiel, pero no se deja. Lo trágico es que cada cual -Abraham, Áurea y Marcia, el FBI, las autoridades italianas- tiene sus razones, algunas muy genuinas, otras, sólo para salvar unas vidas que van camino al desagüe.
A veces las cercanías producen distorsiones. Lo vemos ejemplarmente cuando nos acercamos más de lo debido a una pintura. Esta requiere cierta distancia para interpretar correctamente lo pintado. Aunque no era su misión determinarlo, sólo informar sobre sus pasos y costumbres, Farouk no estaba convencido de la absoluta participación de Áurea en la conspiración para asesinar a Adam, aparte de los duros (y certeros) juicios que tiene sobre ella.
De un documento judicial de diciembre de 2019 suscrito por Farouk y destinado a utilizarse en la apelación de Áurea. De ese documento controversial surge otra valiosa información sobre Áurea, aunque no exenta de ciertos errores de hechos que lo mueven a interpretaciones y juicios equivocados. Otros informes que Farouk presentó ante las autoridades italianas no estuvieron disponibles.
En todo caso, señala en el documento que Áurea pensaba que no era necesario matar a Adam, particularmente luego de haberse firmado el acuerdo de divorcio “que se produjo bajo las cámaras” [del restaurante al que acudieron] en aquella noche fatal. O al menos, según la versión del investigador privado, no habría que asesinarlo esa noche, por lo que “quedó absolutamente sorprendida” cuando ocurrió “en ese lugar y en ese momento, expresando telefónicamente a su madre su oposición a lo sucedido”. En vez, Farouk coloca a Carmen, madre de Áurea, Marcia y Chalbert, con pleno conocimiento de lo que se tramaba.
“Este importante aspecto no solamente se deducía naturalmente de las conversaciones entre Áurea, su madre y su hermana, sino también del profundo conocimiento adquirido de los personajes. Áurea solía ser llevada a confiar sistemáticamente a su madre cada pequeño detalle de lo que le sucedía todos los días, especialmente los arrebatos emocionales”. Además, añade, “se constató que en ese período Áurea sufría de trastornos mentales, con evidentes cambios de humor y consumo de psicofármacos y, en ocasiones, incluso de drogas (cocaína)”, asegura.
“La sensación era que Carmen, Marcia y José no habían tenido mucha consideración con Áurea, definida como poco fiable y capaz de poner en riesgo toda la operación, por lo que se le mantuvo en la oscuridad sobre los métodos y el momento del asesinato. Según Carmen y Marcia, la única tarea de Áurea la noche del 23 de septiembre de 2005 era que Adam firmara el acuerdo [los términos del divorcio]; en relación con la materia del asesinato, en esos momentos Alex estaba disponible y en contacto directo sólo con Marcia y José”, asume Farouk.
Para complicar el escenario, asegura que el FBI y la Fiscalía federal estaban conscientes del papel de Carmen en esta conspiración. Farouk fue convocado por el FBI a la embajada de Estados Unidos en Roma el 22 de enero de 2013, además de habérselo pedido -mediante llamada telefónica- un juez italiano. En esa reunión habría compartido sus hallazgos con el “jefe del FBI en Italia Stewart Roberts, la agente Melissa Thomas y demás presentes, explicándoles que sus actividades investigativas realizadas desde agosto de 2011 hasta enero de 2013 no dejaban lugar a dudas de que Carmen, aunque no tuvo ningún papel material en el asesinato, siempre supo del plan de sus hijas y de José para que Alex el Loco [Alex Pabón Colón] matara a Adam Anhang, desde el mismo momento en que planeó el asesinato, que también tuvo lugar en su casa y en su presencia. El FBI me confirmó esta descripción de los hechos.”
“Curiosidad: unos meses después del arresto de Áurea en Madrid, el jefe del FBI de Roma fue trasladado y removido de Roma, mientras que […] (la agente del FBI Melissa Thomas), después de más de 20 años de servicio…. dejó el FBI.”
El FBI le habría indicado a Farouk, según este, que involucrar a Carmen elevaría sin necesidad el marco probatorio del caso contra Áurea y, además, era una persona demasiado mayor y el arresto sería “inútil”. Durante la conferencia de prensa de la fiscal federal Rosa Emilia Rodríguez minutos después del veredicto condenatorio, negó ante mis preguntas que habría más investigaciones y acusaciones en este caso. Consciente del control que Carmen ejercía sobre sus hijas y las sospechas de que pudo haber tenido alguna participación o conocimiento de la conspiración, la pregunta (y la posibilidad) era plausible. Además, una fuente conocedora de la investigación federal ya me había revelado que no se acusaría a Carmen porque, en ese momento, era quien cuidaba a la niña de Áurea y de su esposo gravemente enfermo, y que ir tras ella se vería abusivo. Así, este es un aspecto que no tendrá certeza hasta que el FBI o la Fiscalía federal revelen los documentos de investigación o surja una fuente federal que confirme públicamente ese extremo o lo niegue de plano. Ya Carmen ha negado toda participación en el asesinato de Adam, aunque también me negó que el italiano Fabio Monizza fuese un mafioso, sino “un abogado” italiano, lo cual no era cierto.
Más allá de esas sospechas derivadas del comportamiento familiar, Farouk comete una serie de errores de interpretación al no contar con ciertos hechos correctos. Por ejemplo, en su crítica al sistema de justicia penal de la isla (que generaliza como corrupta) no hace distinciones entre los sistemas estatal y federal. No toma en cuenta que fue precisamente el FBI y la Fiscalía federal los que, con su investigación, lograron excarcelar al inocente Jonathan Román Rivera, convicto erróneamente en el sistema estatal por el asesinato de Adam. Para Farouk, al menos, así parece, los errores de la investigación policíaca estatal pueden ser transferidos, tal vez bajo las mismas motivaciones, al foro federal. Eso no sucedió, según los hechos reales del caso. Lo cierto es que divergían sus intereses.
El detective privado afirma que el FBI estaba decidido a condenar a cadena perpetua a Áurea “a cualquier costo”. Advierte que siguió “activamente el proceso que terminó en octubre de 2018 y, como prometió Anhang y especialmente el FBI, nunca tuve dudas sobre el resultado”, es decir, la condena de los acusados había sido decidida de antemano.
“Habiendo seguido todo el asunto en persona desde julio de 2011, la impresión es que el juicio celebrado en San Juan en 2018 fue en parte tergiversado o en todo caso construido para alcanzar sustancialmente la meta de cadena perpetua para todos los sospechosos. Recuerdo que la misma autoridad puertorriqueña ya había condenado, sin lugar a dudas, a un inocente por el mismo caso. En resumen, en mi opinión, los siguientes eventos deberían ser [investigados] más profundamente:
1) implicación de Carmen Rijos en la planificación del asesinato y absoluto silencio sobre este importante aspecto;
2) posibilidad concreta de que Áurea desconociera que Alex Pabón Colón habría matado a Adam Anhang en ese lugar y en ese preciso momento;
3) cualquier presión o injerencia en el asunto por parte del yerno de Abraham Anhang, el Sr. Price [desconozco quién es], descrito como uno de los hombres más poderosos de los estados en ese momento, que podría haber perturbado o influenciado la conducción del proceso penal.”
Este tercer punto resulta vago y nada tangible. La insinuación de algún tipo de soborno en el juicio federal es seria y no es creíble a falta de pruebas. De los miles de fiscales y jueces que componen los sistemas federal y estatal de justicia en Puerto Rico, sólo un juez estatal (Manuel Acevedo Hernandez) ha sido arrestado en décadas (¡y por los federales!) por soborno, en aquél conocido caso en el que recibió dinero y prebendas para absolver de delitos de embriaguez y homicido al contador público autorizado Lutgardo Acevedo, una persona cercana al corrupto empresario Anaudi Hernández y al expresidente de la Cámara de Representantes e igualmente convicto Jaime Perelló.
Más allá de los deseos o conjuros del FBI, y de la sed de justicia de la familia Anhang-Uster, los que asistimos al juicio también pudimos adelantar en cierto momento la condena irremediable de los acusados, pero únicamente porque la evidencia apuntó hacia ellos sin misericordia, no porque se manipuló a los fiscales federales, al juez federal o al jurado.
Puedo conceder que nuestro sistema de justicia, particularmente el estatal, ha cometido errores que, de tan graves, parecen deliberados. Algunos de esos errrores están vigentes, como el del caso de Antonino Geovanni Burgos, quien, por diversas razones, no ha podido tener un mejor día en corte ante la estrecha mirada judicial para concederle un nuevo juicio que le permita exponer su evidencia exculpatoria. Pero igualmente hay una serie de filtros en el sistema que mitigan las desviaciones de la justicia y sería injusto minimizarlos.
Farouk también pasa por alto evidencia importante que involucra de manera directa a Áurea en la conspiración para asesinar, como el testimonio de un examante de ella (mientras era novia de Adam), quien sostuvo que ella le preguntó si conocía algún sicario, pregunta que también le hizo al abogado y amigo suyo Edwin Prado.
También desfilaron en corte las cartas que el sicario finalmente contratado le dirigió a ella, en las que reclama el pago por su servicio y en las que provee detalles de su participación. Áurea estaba asustada y no pagaría, le indicó una amiga de Áurea y Alex a este. Alex agrega en una de las cartas que está consciente de los problemas monetarios que le produjo Abraham cuando este solicitó la congelación de las cuentas de su hijo y a las que ella finalmente no tuvo acceso y produjo el impago al asesino. También le llega a decir en una de las varias cartas que le envió, y que Marcia muy amablemente recibió a través de una intermediario, que “hice lo que me pediste”, aunque no con una pistola, como se había acordado, porque no la consiguió, sino con un cuchillo de cocina con el que le descosió el saco del alma a Adam. Además, el testimonio directo de Alex en corte la coloca en una de las reuniones para matar a su marido.
Según Farouk, “Áurea también se lamentó de que no había necesidad de matar a Adam inmediatamente después de obtener las firmas del acuerdo de divorcio, en su presencia y en un lugar público”. Ella habría dicho, según él, que “se pudo haber esperado y operado en situaciones menos llamativas y sin correr mayores riesgos.” Bueno, ahí al menos se revelan unas intenciones asesinas. Y agrega Áurea, según Farouk, que “el principal problema en ese momento era obtener las firmas de Adam en el acuerdo de divorcio, todo lo demás podría y debería haberse establecido con calma, en otras circunstancias, sólo que menos llamativas y peligrosas”.
Sin embargo, es incorrecto que Áurea firmara un acuerdo de divorcio esa noche de la cena. No se firmó nada. De hecho, ella se negó todo el tiempo a un acuerdo. Lo que había entre ellos, firmadas al momento antes de casarse, eran unas capitulaciones matrimoniales estándar de separación de bienes y unas mesadas (alimoney) que Adam le daría si se divorciaban, y que variaban dependiendo de la cantidad de años casados. Si se divorciaban en el primer año de casados, ella recibiría $3,500 mensuales durante 36 meses o hasta que se casase nuevamente. Mientras más años casados, aumentaba la mesada.
Además, ¿qué necesidad habría de matarlo si ellos firmaban nuevos acuerdos de divorcio? No tendría sentido. Lo único cierto es que las cantidades fijadas en el acuerdo pre-matrimonioal sólo significaban algunos miles de dólares mensuales, no los 24 millones de dólares que ella pensó que heredaría como viuda. Y, justamente, esas cantidades mínimas, insuficientes tanto para Áurea como para su familia, que dependía económicamente de él, fueron el motivo principal para conspirar el asesinato. Ellos apenas convivieron casados unos dos meses (se casaron el 18 de marzo de 2005) antes de que él saliera disparado a fin de mayo de su casa, bajo sospechas de que ella le era infiel y temiera por su vida. Apenas meses después de separarse fue asesinado.
Fue, precisamente, en aras de mejorar el arreglo pre-nupcial y salir del estancamiento de su divorcio -que ingenuamente creía Adam podría ser amistoso, “smooth”, y no contencioso, nasty– que aceptó ir a la cena. No sabía entonces que su fortuna completa era lo único que se le exigía.
Recrear aquí el juicio resultaría tan innecesario como agotador. La prueba contra los perpetradores desfiló en corte sin ser controvertida y todos los que escuchamos los testimonios vertidos podemos dar fe, al igual que lo hizo el jurado, de su suficiencia.
Tal vez, este sea un buen momento para insertar aquí un asunto que no tendrá más desarrollo en este reportaje. Es espinoso y lamentable: la muerte de Carlos J. Cotto Cartagena. Sobre esa tragedia, accidental o provocada (aún no se sabe), escribí extensamente en ¿Quién mató a Cotto Cartagena? disponible en este blog Prensa Intencional. A Farouk le disgustan casualidades como esa: morir durante el juicio contra Áurea. Cotto Cartagena había apuntado a Jonathan como el autor del asesinato de Adam, equivocadamente. No obstante, aparecía en la lista de testigos de defensa de Áurea, aunque no hay garantías de que él quisiese intervenir en ese juicio.
Farouk se “impactó e impresionó” con esa muerte que clasifica como “asesinato”, aunque no provee la evidencia para llegar a ese juicio, sino más bien por sospechas y la insoportable casualidad. De todos modos, no conozco a nadie que le haya causado una emoción diferente. Fue hasta sorpresiva. De Cotto Cartagena dice Farouk que era “el único testigo que pudo haber molestado y cuestionado todo el asunto” [las acusaciones], aunque me parece una afirmación exagerada.
“Carlos fue prácticamente uno más de los muchos nombres que salieron, en los años de investigación de Áurea, hasta que se conoció la noticia de su muerte y [que había sido incluido] en la lista de testigos. Cuando escuchamos la noticia del descubrimiento del cuerpo, todos relacionamos el asesinato de Carlos con el FBI y Abe Anhang. No entro en detalles, pero cuando fui convocado por altos funcionarios del FBI a la embajada americana en Roma me dijeron, y repetí, muy claramente: Áurea iba a ser extraditada a la isla y condenada a la cadena perpetua ‘a cualquier precio’. Era una prioridad absoluta del gobierno estadounidense y del FBI… esta necesidad fue repetidamente representada por Abe Anhang por correo electrónico. No tenía que haber ningún problema ni dificultad para que Áurea fuera primero capturada, luego extraditada y finalmente condenada. Desde el momento en que el pobre Carlos fue puesto en la lista de testigos (a favor de Áurea), su sentencia de muerte quedó escrita.”
“Áurea, a través de la cuenta de Facebook de su abogada Lydia Lizarribar, durante el juicio me contactó desesperadamente pidiéndome que fuera de inmediato a declarar en el juzgado de San Juan; después de ver lo que pasó con Cartagena Cotto [sic] preferí quedarme en Italia.”
Of all people, Áurea le dio a Farouk el nombre del supuesto asesino y la persona que alegadamente encargó la muerte de Cotto Cartagena. No mencionaré su nombre porque, a falta de evidencia, no participaré en una campaña de difamación como la que ya había desatado contra Roberto Cacho. Una imputación de asesinato, sin embargo, es mucho más grave y tendenciosa que acusar a otro de ciertas conductas ilegales. Difama, que (aunque no sea cierto) algo quedará, reza el dicho. A estas alturas sabemos que Áurea no es una fuente confiable y, al contrario, echó mano de todo lo que estuvo a a su alcance para salir como una inmaculada de las acusaciones. Farouk sostiene además que “otras fuentes (más confiables que Áurea) me confirmaron la conexión segura entre el asesinato y el juicio de Áurea.” No me indicó cuáles fuentes.
“En los días del asesinato, Áurea, durante el juicio y a través de la cuenta de Facebook de Lydia [Lyzarríbar] me había rogado que fuera a San Juan a declarar en su favor…. si hubiera venido, seguramente hubiera corrido la misma suerte que Carlos. Nunca diré nada más sobre esta historia, primero porque no me interesa, especialmente la historia, luego por el disgusto de la familia de Carlos y finalmente por la poca consideración que tenemos hacia la justicia puertorriqueña.”
Precisamente, esa comunicación de Áurea a Farouk a través de Facebook el 21 de septiembre de 2018 fue otra imposible casualidad: se hizo horas antes de la muerte de Carlos Cotto Cartagena. Ella le escribió: “en la televisión había un programa en Puerto Rico el 12 de septiembre de 2018, se decía que el detective italiano tenía pruebas de mi inocencia. Soy inocente, lo sabes. Necesito que le facilites a mi abogada todas las pruebas de mi inocencia que tienes. Gracias. Póngase en contacto con la abogada para arreglar el vuelo.” El investigador privado le recriminó por usar esa red social, tan abierta, para comunicarse con él. “¡Ningún contacto en Facebook! Sólo en el correo electrónico… o en Linkedin!”.
Por supuesto, ante la falta de evidencia que vincule esa muerte con el juicio de Áurea, más allá de las coincidencias, debo distanciarme de las opiniones de Farouk y las insinuaciones de Áurea. La liberación final de Jonathan demostró una investigación policíaca chapucera y un desvīo de la justicia de parte de los fiscales. Jonathan demandó al Estado por su convicción errónea y el gobierno transó el caso. Todos los testimonios vertidos contra Jonathan en su juicio quedaron desacreditados y reiterarlos en la corte federal hubiese sido una imprudencia que rayaría en el perjurio. Sin dudas, ese era un buen disuasivo para testificar a favor de Áurea.
Ahora bien, esa impresión de Farouk sobre la escasa o ninguna participación de Áurea en la conspiración para asesinar, no logra mover mi opinión. Sin embargo, su investigación de campo sobre Áurea, sus hallazgos y los juicios de carácter a los que llegó basado en la evidencia que acumulaba sobre la personalidad compleja de ella, muestran a un investigador perspicaz, inteligente, con buenos recursos de investigación y de una lógica (racional y de vida, por así decirlo) excelente. Y es sobre esos aspectos que nos concentraremos en lo que resta de entrevista.
III LA DOLCE VITA
Disfrutar del dolce far niente italiano fue poco menos que una prolongación de lo que Áurea ya hacía en Puerto Rico, si acaso, con uno que otro escollo molestoso con el cual lidiaría en su momento. Recursos para resolver problemas tenía, aunque no tanto dinero como el que pensó que tenía en Puerto Rico, tantos que hasta ofreció $3 millones a Alex para asesinar a su esposo. Sólo que, por mala fortuna o cálculo equivocado, el dinero no le llegó, quedó a deber y salió corriendo, desplumada y perseguida, del gallinero en el que pensó que podría ser “la patrona”. Años después, en Italia, volvería a celebrar victorias con demasiada anticipación.
“Áurea, en Italia, se domicilia primero en Borgo San Lorenzo [localidad de alrededor de 18,000 habitantes en Florencia, región de Toscana] en la familia de Costantino De Stefano, con quien en agosto de 2008 tuvo dos hijas gemelas llamadas Giulia y Vittoria; Giulia en homenaje a su padre Julio Vázquez y Vittoria para señalar su personal éxito contra el sistema judicial estadounidense. Para obtener la renovación de su pasaporte y permiso de residencia simultáneo en Italia, fue contratada por la cooperativa de servicios de Florencia con funciones de oficial de limpieza y seguridad”. Nunca, asegura el investigador privado, tuvo problemas para que se le renovara los permisos de residencia.
“En Florencia siempre ha afirmado públicamente que se llama Beatrice (Bibi) Dominicci y que es la viuda de un empresario judío estadounidense que murió en un accidente automovilístico y que ella misma es de religión judía”, declara Farouk, revelando una de las distintas máscaras que ella solía usar para encubrir sus actos. “Unos meses después del nacimiento de las gemelas, Áurea se mudó de la casa de De Stefano a un apartamento en Via Scialoja, en Florencia. Aquí comenzó a insinuarse en la comunidad judía florentina y, en poco tiempo, obtuvo del rabino jefe Levi un alojamiento en Via Farini y la posibilidad de administrar la agencia de turismo JTT, ubicada en la cercana Via degli Alfani”. ¿Qué tanta necesidad de ruido tenía?
“De inmediato surgieron los primeros conflictos con la familia De Stefano: Áurea no quería que Costantino (el padre) se acostara con [durmiera a] sus pequeñas hijas porque la religión judía se lo prohibía. Posteriormente, siempre Áurea, incluso denunció al abuelo de los mellizos por pederastia. En la Corte de Florencia, sin embargo, el propio Vincenzo fue absuelto con plena fórmula y, de hecho, las gemelas fueron entonces confiadas con razón a la familia paterna.”
Había aquí, sin duda, una estrategia, ella abría la puerta para continuar corriendo ante las pocas expectativas que le presentaba su esposo. Al menos, este corrió mejor suerte que el anterior.

Durante sus años en Italia Áurea trabajó principalmente en la industria turística, lo que le permitía moverse, convenientemente, a través de todo el país y la Unión Europea. Su hermano Chalbert, que fue condenado a cinco años, dos de ellos en cárcel y tres en libertad supervisada, por obstruir la justicia en este mismo caso de hire for murder, había registrado una empresa de viajes en Puerto Rico para que Áurea generara ingresos en Italia. Sin embargo, ese beneficio de la movilidad sin levantar sospechas que cualquier fugitivo adoraría como a un becerro de oro, fue también, al final del día, la misma causa de su perdición. No van lejos los de alante si los de atrás corren bien, me advirtieron tantas veces.
Ella no es del tipo de persona que se detiene, sería muy pasivo para su carácter. A sus intenciones, sin embargo, les iba corto el tiempo. Su capacidad de adaptarse a las nuevas situaciones, algunas penosas, era magistral. Siempre lograba que cualquier cambio dejara intacta su agenda de sobrevivencia. Nunca dejó de ser ella: eadem, sed aliter (lo mismo, pero de manera distinta). Tampoco es de las que desaparece, aunque lejos se haya ido para no verle la cara a a la justicia. En ella, todo es presencia… la suya.
No es que los días de Áurea en Florencia fueran totalmente pastoriles, nos deja saber Farouk. Tuvo fuertes encuentros que la hicieron moverse a otras áreas de la península.
Según su investigación, “tras las denuncias y escándalos surgidos en el seno de la comunidad judía de Florencia, precisamente por la anómala simpatía del rabino jefe hacia quien ahora había sido descubierta como sospechosa de homicidio voluntario en Puerto Rico, Áurea se trasladó repentinamente a Venecia (en julio de 2011) donde se alojó en un apartamento en Via Santa Croce. Aquí, sabiendo bien tres idiomas (inglés, español e italiano) además de haber gestionado una agencia de turismo judía en Florencia, trabajó periódicamente como guía turístico. Las hijas eran atendidas por una niñera y ni siquiera en Venecia tenía servicios [utilidades] a su nombre”.
“La comunidad judía de Venecia, menos inclinada que la de Florencia a ayudar a Áurea, nunca la apoyó concretamente, por lo que se acercó a la comunidad veneciana de Jabad, manteniendo también una relación sentimental con Abramo Moni”, afirma Farouk.
“En Venecia, en los meses que precedieron al arresto en Madrid, Áurea asistía regularmente a su nuevo marido Abraham Moni, un autodenominado natural de la provincia de Génova. En realidad, Moni apuntó principalmente al legado que Áurea habría exigido a la familia de Adam”. Además, dice, la compañía de viajes turísticos “Glatt Kosher” que Charbel abrió en Puerto Rico para ayudar a su hermana en Italia, nunca se estableció y abrió oficialmente en Venecia. Este intento de ayuda le costó sus años en prisión a Charbel, por obstrucción a la justicia, así como mentirle bajo juramento al FBI, durante la investigación, al decir que desconocía el paradero de Áurea. De hecho, no sólo sabía dónde estaba, sino que conocía al esposo de Áurea, pues era su socio.
Una búsqueda de datos en el Registro de Corporaciones del Departamento de Estado reveló que Charbel incorporó Glatt Kosher Traveller’s, Corp. en Puerto Rico el 4 de septiembre de 2012, en el que figuró como su agente residente y vicepresidente. El presidente y tesorero no era otro que Abraham J. Moni, amante de Áurea que meses después se convertirá en su segundo esposo italiano (y el tercero en menos de siete años). El secretario era el también veneciano Vito Raccah. La corporación nunca cumplió con los informes y pagos anuales que se requieren y el 18 de agosto de 2014 se le envió notificación para que cumplieran en 60 días. Finalmente, fue cancelada el 18 de octubre de 2014, exactamente 15 meses y medio después de que Áurea fuera arrestada en España. La empresa, según la Fiscalía federal, era una pantalla para enviarle diversa ayuda a Áurea.
De haber ocurrido ciertas situaciones íntimas que señala el investigador privado, no tomaría por sorpresa a los que hemos investigado a Bibi Dominicci, Beatrice, Áurea, Aury o cualquier otro nombre por el que haya sido conocida. Su vida ha estado llena de sponsors que le han ayudado a superar no solo su inicial pobreza económica, sino la de aumentar la riqueza o beneficios a los cuales pensaba que tenía derecho o procuraba.
“El sustento principal de Áurea era a través del padre de los mellizos [Costantino De Stefano], el llamado Abramo Moni y, fundamentalmente, del banquero florentino Paolo Galardi, a quien conoció durante su estadía en Florencia. Precisamente, con la eficaz ayuda de Galardi, Áurea trató de explotar las simpatías del gran rabino de Florencia, Joseph Levi, proponiendo falsos documentos en papel [referentes a sus supuestos antepasados judíos] para obtener oficialmente el estatus de pertenencia a la religión judía. Gracias a esta estratagema, Áurea pudo así haberse trasladado definitivamente, en el futuro a Israel, aunque hasta ese momento (finales de 2012) nunca había tenido problemas de ningún tipo con las autoridades italianas. En enero de 2013, Áurea contrajo matrimonio en Suiza (mediante el rito Jabad) con Abramo Moni, de quien esperaba un hijo que luego abortó en los meses siguientes.”
Detengamos aquí brevemente el relato de Farouk para consignar la evidencia que surgió durante el juicio en la corte federal que muestran otras trampas, además de la empresa de viajes turísticos, que Áurea y su familia se ideaban para lograr sus propósitos. Entre Galardi y Carmen elaboraron documentos falsos sobre los supuestos antepasados judíos de Áurea, provenientes de Islas Canarias y Córcega. Bibi Dominicci le había pedido en 2010 a sus padres que sometieran cartas falsas que aseguraran que Carmen era originaria de Las Palmas, capital de Gran Canaria, una de las Islas Canarias, y su padre Julio, de la ciudad de Patrimonio, en Córcega. La verdad, sin embargo, es que los dos son jíbaros nacidos en 1941.
Las cartas fueron entregadas al rabino Levi, quien certificó en 2012 que Áurea y las gemelas eran judías. Estas cartas posibilitaban, primeramente, que la comunidad hebrea de Florencia le brindara ayuda a Áurea, y segundo, viajar sin sospechas y con buenos beneficios o acaso una mudanza definitiva a Israel. En este punto habría que ver si los servicios secretos de Tel Aviv tomaron en cuenta estas gestiones, tan celosos que son de la seguridad de sus fronteras, de la imagen de su país y de las relaciones estrechas con Estados Unidos. De momento, eso es lo único que puede decirse. Y esa posibilidad de viajar a la tierra prometida evidenciaría igualmente otra de entre muchas gestiones que realizaba Áurea para escapar de los cargos presentados en su contra.
Consciente de su precaria situación si se presentase ante la corte federal, Áurea pensó en una estrategia para confundir y desviar la mirada de los ojos que sobre ella recaían, atestigua Farouk. “Según Áurea, la única posibilidad de salir ilesa de las duras acusaciones de asesinato de su exesposo hubiera sido culpar a Roberto Cacho, rico socio de Adam Anhang”.
Cacho es un conocido y exitoso desarrollador puertorriqueño. No sólo fue socio, amigo y mentor de Adam, en quien vio a un prodigioso financiero, sino que lo contrató al conocerlo en Nueva York, lo trajo a Puerto Rico, lo introdujo en sociedad y le sirvió de consejero de vida en muchas ocasiones pues Cacho era mayor que él, y lo apreciaba como a un hermano menor. También fue el primero en advertirle a Adam quién realmente era Áurea, a qué se dedicaba y las consecuencias de casarse con ella. Áurea, que conocía el “desprecio” que le causaba a Cacho (ha dicho ella misma), se dedicó a difamarlo y tratar de quebrar dicha amistad. Áurea no tuvo éxito, como posteriormente tampoco logró distraer la investigación federal. En ese largo camino de intenciones, sin embargo, dejó una estela de sangre y víctimas.
Sobre el famoso “curso de cine” que supuestamente la motivó a irse a Italia en 2006, “no para huir”, como se defendió en el tribunal, apenas se sabe algo. Lo que sí se sabe es que se quejó en un correo electrónico a su familia en julio de ese año, que tenía “una peste de sobaco y de boca, no tengo pasta de dientes, ni desodorante, ni perfume… no tengo dinero… Estoy verdaderamente jodía y aquí por el calor y la humedad siempre apesto y sudo… por favor sálvame de la peste que tengo encima… envíame $$$ para poder comprar desodorante y pasta de dientes y algo para el olor.”
Si intentase adelantar un juicio personal sobre su situación en Italia, precaria en cierta época y “living la vida loca” en otra, me asaltarían juicios encontrados. Tal vez otros quisieran que se aplicara la Ley del Talión, esa medida antigua que, bien aplicada, nos debe devolver al equilibrio. Pero, no sé. El conflicto entre el crimen que cometió y lo que atravesó por lo que hizo sin duda pelearían en una desigual batalla: venganza o justicia versus compasión. Son tantas las víctimas inocentes en esta tragedia que su peso sin duda inclinaría la balanza hacia la justicia. Además, tengo muy claro la responsabilidad que debe tener un periodista, esa de buscar la transparencia de los hechos para que queden en la memoria y el juicio de los lectores que, con su mirada como un viento fuerte, decidirán qué permanece y qué queda barrido de una historia mínima, como son todas las historias.
Farouk, sin embargo, emite un juicio digno de enmarcar. “La de Áurea es una historia verdaderamente desoladora en la que bailan personajes escuálidos y depravados.” Ya había sido advertido por un viejo amigo suyo, de esos que han ido lejos y ven todo el panorama. “Un viejo coronel mío siempre me decía: querido Farouk, en esta historia el más limpio tiene sarna.”
No es su único juicio sobre Áurea y sobre otros protagonistas de esta historia que durante una generación llenó las emociones intensas que produce la espera de un desenlace inescapable, fatal. Por alguna razón, Farouk ha puesto su ojo de lupa en Carmen y la responsabilizó de la tragedia.
“Mujer diabólica, capaz de encantar a las serpientes sólo con su elocuencia. Áurea, desde Italia, le confiaba prácticamente todo y ella siempre le decía lo que debía y no debía hacer. armen tenía mucho más sentimiento con Marcia y trataba a Áurea como una tonta. Experta en magia negra, usaba la sangre de los pollos para lanzar sus hechizos. En una conversación con Áurea le había dicho: ¡cuidado con Franco Posca, es un diablo! (nos dio largas semanas de risas). Inmediatamente después de la detención de Áurea en Madrid llamé al teléfono italiano de Áurea y Carmen me contestó, diciendo: ¡gracias mercenario!”
Hay cierta creencia en algunos políticos, en evasores de la ley y los patentemente criminales, de que las personas están obligadas a servirles.
“No hay duda de su participación en el asesinato de Adam, lo sabía todo desde el principio y no sólo era parte de la pandilla sino que también era la líder. Carmen y Áurea se peleaban a menudo y Áurea era completamente sumisa a las decisiones de su madre. Para el FBI y para Anhang siempre se la ha considerado una anciana ‘a la que no (se debe) atacar’, ya que arrestar a Carmen también habría sido sustancialmente inútil, además de perjudicial para la opinión pública.” Es casi un lamento lo de Farouk.
De Marcia “la pastelera”, quien recientemente ha tenido algunos problemas de salud, dice que era “la más simpática de la familia, y también la menos falsa. Apodada la pastelera porque le encantaba (tanto comer como hacer) los dulces y toda la repostería en general. La ví por primera vez en cuanto nos dimos cuenta de que ‘tenía’ que hacer una denuncia (falsa) del robo de sus documentos en Florencia. Se había presentado en el cuartel de los Carabinieri literalmente temblando… Durante su tiempo bajo arresto domiciliario en la isla, nos reuníamos [es decir, que hablaban] la mayoría de los días y siempre me causó una buena impresión. Las amistades que tuvo en Italia siempre la han descrito como volcánica, siempre con una sonrisa y lista para cualquier locura. En Italia se divirtió mucho. Durante las largas conversaciones de su período previo a su sentencia, me hizo muchas confidencias personales que, hasta la fecha, nunca he compartido con nadie. En la jerarquía familiar, inmediatamente después de la gran jefa Carmen, estaba Marcia.”
De ninguna manera esos juicios significan para Farouk que Áurea y otros miembros de la familia sean inocentes. A base de su investigación, exhaustiva como fue, se ha hecho una idea de quién es ella, la ha visto actuar en el field, donde él es un cazador experimentado. Conoce los movimientos de su presa, la ha estudiado, lo que significan y a donde se dirigen. Inclusive, por esas vueltas que da la vida, se comunica con ella.
“En pocas palabras: una actriz obligada a interpretar un papel en el que sólo al principio, (casi) todos le creían. La pobre viuda ‘judía’ que vino a Italia desde los Estados Unidos para comenzar una nueva vida. Todo esto, sin embargo, sólo después de muchos meses de situaciones precarias e incertidumbres (el primer período entre Roma y Florencia). Luego, la idea de quedar embarazada de De Stefano y dar a luz a las gemelas, en agosto de 2008. Una mujer extranjera en Italia, desde el momento en que se convierte en madre de dos niñas 100 por ciento italianas, automáticamente tiene todos los privilegios del mundo.”
“Impresionantes cambios de humor, incluido el uso de drogas, sexo salvaje mezclado con histeria y llanto. A menudo, para moverse unos cientos de metros, en lugar de caminar o usar el transporte público (coste de 1.50 euros), prefería viajar en taxi (precio de 10-15 euros). Cuando alguien le preguntaba cómo estaba, a menudo respondía: estoy viva. En total Áurea, en Italia, ha salido con (al menos) 6 hombres… aunque diga ‘no más de 5’.
No disputaré estos datos del investigador. Debo creer, como ha prometido al inicio de la entrevista, que dice la verdad. De todos modos, y esto es lo importante, las maniobras parecen una continuación de lo que ya hacía en Puerto Rico. Sí debo aclarar que, en términos generales, normales, a ninguna persona adulta se le debe cuestionar con cuántas personas o con quiénes se acuesta de manera consentida pues eso pertenece a la intimidad y a la libertad que cada cual se procura.
Si bien se ha establecido que varios inocentes han sido víctimas de este drama, y Adam como su cumbre mortal, Jonathan, rescatado de las fauces del infierno, y las familias y amigos de ambos desconsolados (que no es poca cosa), así mismo han sido unos cuantos los victimarios. Algunos de estos (tres de ellos) cumplen cárcel, otros en Italia se colocaron oportunamente en posiciones para recoger algún beneficio de la situación, sin que por ello violacen la ley. Farouk, sin mencionarlos específicamente, alude a ellos.
No obstante, nos da una idea de cómo funciona el enjambre del mal, el cual responde a su autopreservación. Y aunque varíe su objetivo, su habilidad para habitar las zonas sombrías de la condición humana permanece, como si alguna trascendencia en la que creen dependiera de ello, y así, escenifican de continuo alguna representación desbordante, sobrecargada, de algún autor enloquecido, atormentado, que rechaza el mundo como es (o como trata de ser). Sabemos que la búsqueda de la felicidad absoluta (su esperanza de perpetuidad) puede conducirnos a descartar la realidad del mundo, pero igualmente esa trascendencia puede lograrse, al menos, buscarse, liberándose de ciertas responsabilidades fundamentales, como el equipamiento moral, y esos son los peligrosos.
“Ciertamente, podría haberse quedado en Italia toda su vida, pero cometió un gran error al confiar en las personas equivocadas. Unos días antes de ser detenida en Madrid, Áurea me había llamado por teléfono. Actualmente, hay investigaciones en curso en Italia sobre lo que ha estado haciendo la boricua en el hermoso país. No me interesa echar más lodo a Áurea, creo que ya está pagando bastante por todo, así que no quiero estropear más su dignidad, más teniendo en cuenta que tiene tres niñas que algún día le pedirán cuentas. Más bien espero que todos los italianos que se han aprovechado de la situación sean procesados pronto.” Pero de dichas investigaciones no se ha sabido nada. No todos los crímenes son punibles por ley.
“En 2015, tras su extradición de Madrid a la isla, gestioné personalmente la cancelación de Áurea Vazquez Rijos en el registro civil (municipio de Florencia). En Áurea, después de mis primeros informes a las autoridades italianas, así como obviamente al FBI, la inteligencia de otros países también ’trabajó’ en él. En 2012, durante una cena en las afueras de Venecia de Áurea con un amigo suyo, de repente aparecieron coches con antenas ‘típicas’ y parejas improbables… en la práctica, el comedor de ese restaurante se había convertido en un lugar de reunión del 007.” Era vigilada por más de una agencia de ley y orden. Era un potencial peligro, pero a saber de qué tipo. De seguro, no para la seguridad nacional. Pero, ningún país querría acoger en su seno a una persona acusada de conspirar para asesinar. Nadie es tan ingenuo.
Ante las dudas que me provocan algunas expresiones de Farouk sobre sus comunicaciones con Áurea y rutinarias con Marcia, me asegura que “nunca hemos trabajado en nombre de Áurea y nunca hemos confiado información sensible a Áurea.” Las profesiones tienen su manual, procedimientos estandarizados que suelen seguirse para lograr los objetivos. No se descarta, sin embargo, que cada profesional tenga sus propias maneras de lograrlo.
Cualquier lector de novelas policíacas, cualquiera que haya trabajado con investigadores privados y hasta los que hemos hecho investigaciones periodísticas sobre crimen, organizaciones criminales y político-militares, sabemos que en algún momento nos toca bailar un poco con el diablo, comunicarnos con fuentes cercanas al objetivo de investigación y hasta socializar un poco con el objetivo, para conocerlo, para ver los botones que lo motivan, para entenderlo. Lo importante es tratar de mantener esa distancia necesaria para no confundirnos, que tampoco es fácil. Siempre logramos ver un trazo de humanidad que nos hace repensar si es correcto lo que hacemos, si debemos indagar más hasta descubrir que tenemos a una persona, de cierta manera, tan normal como nosotros, con todas sus zonas grises como cualquier hijo de vecino, o capaz de redimirse. Podemos tambalearnos, es cierto. Nos obligamos entonces a repasar la conducta que investigamos, la gravedad de sus actos, para determinar si continuamos adelante la tarea, como una misión. Y entonces decidimos si continuar adelante.
“Ninguno simpatizamos con Áurea, nunca hemos olvidado lo que hizo y lo que es capaz de hacer. Hablamos de una inestable psicológicamente, una delincuente, una drogadicta, una mujer sin escrúpulos que, para obtener ventajas, pudo entregarse sexualmente al anciano gran rabino de Florencia, al banquero Galardi, de más de setenta años, y al multiprejuiciado Abramo Moni.
En fin, una letrina humana, desesperada. Sin embargo, como dije antes, Áurea realmente nos divirtió mucho… después de meses de investigaciones muy cercanas sobre ella, había llegado al punto de saber de antemano qué iba a hacer, comer y cómo iba a pasar el fin de semana. Ya la conocía mejor que su madre.”
No sólo nos asegura nuestro entrevistado que las cercanías no le hicieron perder de vista la estrella del norte, a la que se aferraban antiguamente los capitanes de navío para no desviarse de su ruta marítima, sino que aporta nuevos datos sobre Áurea, tan sensitivos que por un momento me hace pensar en la autocensura, a la que, en términos generales, me opongo. Entiendo que puede haber cierta autocensura estratégica de alguna información cuando se busca una noticia mucho más grande y grave, pues, tampoco es que seamos maniqueístas, tampoco ocupamos un confesionario en el que obligamos la revelación de todos los pecados so pena de excomulgación, o agentes federales que obligan a un criminal que busca negociar un acuerdo judicial revelar todos sus crímenes en el formulario 302, de los que he tenido unos cuantos en mi escritorio.
Ciertamente, no formo parte de cierta moda periodística que proviene más del infantilismo e ingenuidad (naif) de no saber cómo de verdad se comportan la realidad y los asuntos de gobierno y se apega a la manoseada exigencia de “transparencia”. Ni de un religiosidad que confunde nuestra profesión con el confesionismo. “¿Se arrepiente de lo que hizo?”, suelen preguntar en estos días a los arrestados de algún crimen. Y a los familiares de la víctima: “¿lo perdona?”. ¿¡Pero qué carajo de preguntas son esas!? ¿Ahora somos sacerdotes o pastores preocupados por la salvación de las almas?
Esa narrativa religiosa, maniquea y simplista tan agradable a los periodistas puertorriqueños -y su manejo de conceptos como arrepentimiento, confesión, culpa- no sólo evidencia la “confusión de espíritu” de nuestros comunicadores, quienes no toman en cuenta o desconocen la larga historia de ganar nuestra libertad respecto o frente a la trascendencia mediante la inmanencia de nuestras manifestaciones, sino que contribuyen a la regresión de las explicaciones racionales que suponemos deben sustituir las mágicas. Después, andan por ahí chumbos y cabizbajos denunciando que los religiosos pretende sustituir al Estado (laico), aunque son ellos parte misma del progreso de ese avance.
Nos dice Farouk, repito, que Áurea es “una mujer sin escrúpulos que, para obtener ventajas, pudo entregarse sexualmente al anciano gran rabino de Florencia, al banquero Galardi, de más de setenta años y al multiprejuiciado Abramo Moni”. Son denuncias graves que, correctas o no, no nos causarían sorpresa si nos fijamos en un principio, curiosamente muy florentino, que Áurea ha aplicado desde sus días en la isla: el fin justifica los medios. Sé que se disputa que Maquiavelo en verdad lo haya dicho, pero hay tradiciones que no hacen daño y en este caso, aumentan su leyenda. Lo que sí dijo Maquiavelo y también podemos aplicar en este caso es lo siguiente: “vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse”. En la Isla hemos transformado esa frase con cierta jocosidad: “es más fácil pedir perdón que pedir permiso”.
Es por esos días en que Farouk me revela la explosiva información que al investigador le preocupan sus comentarios sobre Áurea, particularmente para no afectar a las gemelas. “Áurea es sin duda una mujercita pésima, pero en Italia la madre es considerada sagrada”, explica.
“Puedo informar con seguridad mi idea original sobre Áurea, que es que ciertamente no es una santa, citando, si le gustan, algunos de sus comportamientos no tan ortodoxos. Sólo le pido, si es necesario, que no publique cosas ’extremas’ sobre ella que, aunque muy ciertas, pueden ofender la sensibilidad de las hijas. Como dijo Platón, nadie es más odiado que el que dice la verdad. Puedo ser odiado por el FBI, por Anhang, por judíos, por Áurea y hasta por puertorriqueños… No me importa nada. Sin embargo, ser odiado por dos (o más bien tres) niñas inocentes por hablar tan mal de su madre, lo sentiría mucho.”
Busco alternativas para no perder esa pieza de información que revela los extremos a los que puede llegar Áurea y que está basada en la investigación y experieencia de Farouk. Le recuerdo que si los periodistas no pudiéramos escribir, por ejemplo, sobre la conducta de un funcionario corrupto o un mafioso porque tienen una familia que debemos proteger y respetar, pues, básicamente, nadie se enteraría nunca de sus actuaciones ilegales. La autocensura por ese motivo no puede ser una opción.
De otra parte, le recuerdo que cualquier cosa que ahora se diga sobre la conducta de Áurea será pequeña ante la realidad de que es convicta de conspirar para asesinar a su esposo, por codicia. No creo que se pueda decir nada peor de una persona. Y eso es un hecho que a ambos nos trasciende. Aquī sólo se traza la ruta que continuó después de cometer ese crimen atroz.
Finalmente, se convence de que todos deberemos enfrentar nuestra participación en este caso, para bien o para mal. El conjunto de acciones de las personas es lo que construye su realidad, un investigador puede descubrir esas acciones, un periodista sólo las reseña.

“Todavía la escucho a menudo hoy por correo electrónico y siempre es lo mismo, niega la evidencia, incluso en cosas insignificantes. Nunca me cayó bien, ni siquiera físicamente, le gustaba lucirse y posar, era una perenne exhibicionista y hacía de todo para ser atractiva y deseada… el único problema es que sólo caían a sus pies pobres ‘muertos’.”
La negación de los hechos en los que participó Áurea, a pesar de la evidencia incriminatoria, tuvo su climax durante su testimonio en corte, cuando negó absolutamente cualquier participación, incluyendo conocer a Alex, y que ella le preguntara a dos conocidos suyos si conocían algún sicario, como estos testificaron. Ese día en que sorprendentemente testificó, y que, o fue una estrategia legal desesperada o la acusada se impuso sobre la norma de que los acusados no deben testificar, y así intentar manipular al jurado con su llanto y sus palabras de amor hacia Adam, pues ese día Carmen trajo por primera vez al juicio a la hija de tres años de Áurea y Fabio Monizza, a saber si como un agregado para mover a la compasión.
“Áurea, aún hoy, se empeña en desmentir evidencia que no hace más que reafirmar lo falsa, estúpida y sin valores humanos que es. Está convencida de que (pronto) saldrá de la cárcel y quiere volver a vivir en Italia… le deseo [suerte], aunque creo que cuando ella salga yo (y no sólo yo) ya estaré muerto de vejez.”
El carácter mendaz y continuo de Áurea se reflejó al impugnar ciertos hallazgos de la investigación de Farouk. “Solamente Áurea se permite contradecirme y le doy un ejemplo: ella insiste en decir que con una persona casada, influyente, adinerada y mucho mayor que ella (no digo el nombre) [no obstante, a Farouk se le olvida que ya me lo había dicho], sólo tuvo relaciones cordiales de amistad y simpatía mutua, jurando nunca haber tenido relaciones sexuales con él. Pero cuando le conté algunos detalles ‘sangrientos’ de esa relación se quedó literalmente petrificada…. hasta Áurea me tiene terror, si pudiera me mataría.”
Ya más en estos días, Farouk se siente aliviado al no tener que lidiar con este asunto que solamente le trajo “enemistades, odios e intentos de ocultar hechos y circunstancias demasiado incómodos para muchos, que sólo crearían problemas. Hasta la fecha, sin embargo, todavía no he escuchado a nadie ladrarme y contra Italia, todos en silencio, desde Anhang hasta Lydia, desde Prado hasta el FBI, desde las autoridades puertorriqueñas hasta las poderosas comunidades judías.”
Y mejor aún, al parecer Áurea ha desistido finalmente de continuar manteniendo comunicación con Farouk, siempre tendiente a pedirle ayuda en su apelación. En una comunicación muy reciente, Farouk recibió este correo electrónico. “El recluso antes mencionado [Áurea] ha optado por eliminar su dirección de correo electronico de su lista de contactos aprobados y por lo tanto no puede recibir o enviar mensajes a su correo electrónico.”
“Sinceramente, ya no la aguantaba más, sólo decía mentiras y siempre era víctima de cualquier cosa. Ella es una pobre víctima, una santa y los demás son todos mafiosos o delincuentes. Realmente, espero no volver a escucharla, está loca… Sólo lo siento por las hijas.”
¿Se cerrará de esa manera para Farouk ese largo capítulo de su vida que le ha traído tantos sinsabores? Cuando Adam intentó divorciarse de Áurea de manera nice y civilizada, sus amigos le advirtieron que era malvada y no sería posible de esa manera, que ella solo entendía crudeza y amenaza, por tanto le recomendaron divorciarse “con la mayor rudeza” y “haciéndole la vida difícil a Aury desde el punto de vista financiero”. Adam, sin embargo, insistió en un divorcio “amistoso”.
“Es un ser abusivo, deshonesto y manipulador” que confiaba en sus habilidades y ardides para retenerlo, según un amigo de Adam, citado en Las sangres que lloran. Si nos acercásemos un poco más, tal vez podríamos ver que así, de manera cruenta, han sido todas las separaciones, tan variadas, de Áurea. Vivir a base de rompimientos duros, de profesión, de ciudad, de relaciones sentimentales, de situaciones, sólo podría significar que esconde un corazón duro y quebrado, desequilibrado, cruel, como el de todo ángel caído.
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Gracias por toda esta información, gran trabajo!
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